Un mundo digital paralelo existe y quedó fuera de ser solo un entretenimiento; el mercado financiero encontró su lugar allí.
No hace mucho tiempo atrás un universo futurista era una cuestión imaginaria que la ciencia ficción que nos podía ofrecer mediante películas. Pero ese escenario traspasó la pantalla, y el metaverso es un hecho, por el que se han realizado millones de inversiones para su desarrollo y surgió con un nuevo, atractivo e innovador, forma de negocio en el que las instituciones bancarias comenzaron a apostar.
No obstante, aunque su crecimiento es de gran escala, las dudas a su alrededor son diversas, al ser parte de un “boom” que podría no resultar como se proyecta.
El atractivo financiero del metaverso
Un metaverso es un “universo” virtual donde cada actividad que conocemos se puede realizar, pero solo se accede a él mediante la tecnología. Puntualmente, las gafas de realidad virtual o aumentada son la puerta de entrada a este nuevo mundo, que ganó gran valor en los últimos años con la promesa de cambiar la forma que interactuamos.
Se trata de una experiencia inmersiva que se vive a través de un avatar que representa a una persona. Y si bien en principio de su creación se trató de una herramienta de entretenimiento, las “tierras virtuales” poco a poco fueron ganando un valor inimaginable, siendo el foco de atención de los inversores, ya que aquellas parcelas digitales que conforman cada parte de ese universo comenzaron a estar a la venta.
Grandes entidades de bienes raíces tradicionales comenzaron a invertir en estas tierras convirtiéndose en activos intangibles. Y son los tokens no fungibles (NFT), los que se convierten en títulos de propiedad de bienes virtuales.
Este nuevo mundo fantástico, donde las tareas a realizar diariamente ya no tienen un costo de cansancio, agotamiento o barreras de acceso, es el gran boom del momento y comienza a ser una herramienta de transformación en distintas áreas de las finanzas.
En esta línea, además de las inversiones en tierras y actividades digitales, las criptomonedas comienzan a ser el camino para comenzar a ser un modelo de economía interna, servicios financieros en el metaverso. Pero quienes están un paso adelantado son algunas plataformas de pagos digitales, que comenzaron a explorar su adaptación en el metaverso, buscando la democratización de este mundo digital.
En este sentido, se indica que el metaverso es un entorno en desarrollo y expansión, con un acceso limitado debido a los altos precios que tienen los bienes virtuales, lo que genera especulaciones acerca de qué avales económicos tienen y un posible colapso ante la falta de regulaciones.
Lo cierto es que el metaverso representa una frontera nueva a cruzar, que le da un giro a las inversiones tal como se conocen, pero con ciertos interrogantes que aún no tienen respuesta, pero que, de acuerdo a su rápida evolución, promete tenerlas en el corto plazo.
No obstante, este desarrollo dependerá de la capacidad de las empresas tecnológicas para superar barreras técnicas y construir un ecosistema seguros y atractivos.