La digitalización de las gestiones financieras es un hecho; su uso tomó gran masividad y el modelo tradicional está quedando por fuera.
La inteligencia artificial (IA), el machine learning y los algoritmos han sido de gran impacto en distintas áreas laborales. Su inserción en diversos campos actualmente tiene un papel clave para mejorar la experiencia del cliente. En la gestión de patrimonios esto es un hecho, siendo la integración de la automatización, a través de la tecnología, una transformación radical.
Las nuevas formas de gestionar activos ofrecen diseñar estrategias personalizadas de inversión, planificación fiscal y preservación del capital, en un lapso de tiempo más corto y asegurando eficiencia y precisión. Sin embargo, esta nueva era en la administración presenta tanto beneficios como desafíos, tanto para las entidades financieras como para los clientes.
Un nuevo modelo: entre la adaptación, los retos y los resultados exitosos
Al hablar de la automatización en la gestión financiera nos referimos al uso de innovaciones tecnológicas para gestionar el capital y las inversiones sin la necesidad de la intervención humana, como se realizaba tradicionalmente. Sin necesidad de asistir a lugares físicos, hoy Internet es el soporte para hacerlo.
Las llamadas robo advisors cumplen un rol fundamental en este sentido, ya que son las plataformas que permiten este tipo de asesoramiento automatizado. Desde el análisis de datos en tiempo real, logran guiar a los gestores a tomar decisiones con la información que se les otorga.
Con una personalización, basada en los objetivos del cliente y riesgos que se pueden enfrentar frente a las condiciones del mercado, se utiliza esta herramienta de la mejor forma para tener un panorama completo a la hora de tomar decisiones financieras.
Al utilizarlas, la industria financiera sumó diversos beneficios tanto para los gestores como para los clientes. Se habla de una democratización de la administración de patrimonio, ya que con el sistema tradicional solo podían acceder aquellos que tenían bienes para pagar el servicio y quienes estaban bancarizados. Ahora, los inversores de menores recursos pueden ingresar al sistema a través de las plataformas, a bajos costos.
Otro de los aspectos gananciales con la digitalización de gestiones es que se reduce significativamente los errores humanos que pueden desarrollarse respecto a los sesgos emocionales, ya que la automatización se basa en grandes datos y algoritmos, reduciendo este aspecto negativo.
En cuanto al aspecto económico, con el uso de las innovaciones tecnológicas en la gestión financiera se obtiene una optimización fiscal en las inversiones, ya que se puede identificar aquellas oportunidades en el mercado para accionar minimizando el gasto en impuestos.
A pesar de que la automatización brinda diversos beneficios en la gestión, también es importante distinguir aquellos desafíos, para abordarlos y poder garantizar administraciones exitosas.
En este sentido, lo primero que se señala es la pérdida de contacto humano durante el proceso, cuestión que sigue siendo relevante en los negocios. Se trata de un aspecto usual, en el contexto actual, pero es aquí donde el gestor debe interceder.
En cuanto a la función sistemática, el universo digital se enfrenta tanto a las fallas técnicas, errores de programación o los ciberataques, y las plataformas de automatización no quedan fuera de este peligro que podrían influir en las operaciones.
En esta misma línea, los constantes cambios financieros pueden afectar al funcionamiento de los algoritmos, pese a su gran sofisticación al momento de analizar datos, por lo que los resultados pueden no ser infalibles. Respecto a este aspecto, como el análisis de información es con registros históricos, si hay errores o sesgo en ellos, las conclusiones pueden no ser exactas.
Por estos motivos, la automatización muestra dos facetas en su uso, ponderando la accesibilidad, eficiencia y precisión; estas características lo colocaron en el sistema más utilizado, realizando una traspaso de modelo al momento de la gestión de patrimonios. Lo cierto es que la evolución es constante y la eficacia también lo será.