Las herramientas digitales comienzan a ser parte de la banca tradicional para mejorar la experiencia del usuario en un escenario de gran competencia.
La digitalización en el mundo financiero es un hecho. Desde herramientas que simplifican procesos hasta la creación de monedas digitales ya son parte de la realidad en los mercados. Lo cierto es que la banca tradicional comenzó el camino hacia su adaptación en sus procesos, y la realidad aumentada (RA) y la realidad virtual (RV) son parte de este nuevo desarrollo.
La banca tradicional con innovaciones tecnológicas
Una de las incorporaciones que realizaron desde la banca tradicional es el uso de la inteligencia artificial en sus procedimientos, como es la automatización de asistencia y procesamiento y análisis de datos de un cliente. Pero ahora, comenzaron una incorporación para una nueva experiencia de personalización, para transformar las interacciones.
Si bien al hablar de la realidad aumentada y la virtual se lo relaciona con los videojuegos, los bancos comenzaron a redefinir esta concepción, ya que son las herramientas que incorporan para ofrecerles a los clientes innovadoras interacciones, siendo muy atractivas. Planteando nuevas estrategias de diferenciación entre las instituciones.
Es que ciertas entidades bancarias proponen crear entornos virtuales para que el cliente se sienta dentro de una oficina del banco, pero desde su hogar. De esta forma, pueden acceder a sus cuentas y realizar transacciones, con un asesor virtual y un entorno confiable.
También, el cliente puede conocer en detalle su historial financiero mediante gráficos interactivos en 3D desde donde lo desee o proyectar su sucursal bancaria. El objetivo es que mediante ello se facilite la comprensión de datos complejos. Asimismo, se permite tomar decisiones más informadas al visualizarlas de esta forma.
En este sentido, además de mejorar estéticamente las interacciones bancarias, se realiza un enfoque puntual sobre la información que recibe el cliente, mediante la cual aprende sobre sus finanzas. A través de simulaciones inmersivas, los bancos pueden educar a los clientes sobre herramientas que pueden usar, como es la diversificación o el riesgo financiero.
En esta línea, tanto la banca como los asesores que utilizan la realidad aumentada y la virtual ofrecen un asesoramiento personalizado, con herramientas de análisis de datos, simular escenarios y una explicación visual sobre los riesgos y oportunidades. Todo se puede ver.
De esta forma, los clientes no solo reciben información, sino que también esto le permite realizar interacciones y prácticas, al replicar el comportamiento del mercado.
Entre otras de las funciones que se utilizan a través de la RA y la RV está la seguridad y protección de la identidad, para identificar y autenticar a sus usuarios con reconocimiento facial, análisis de comportamiento e incluso sensores biométricos.
En este sentido, la incorporación de este tipo de tecnologías es para los bancos una oportunidad estratégica para posicionarse entre otros, en medio de una gran competencia financiera y logra optimizar la atención al cliente, uno de los puntos más relevantes.
De esta manera, se busca redefinir los procedimientos de la llamada banca tradicional para adaptarse a una era digital donde lo físico comienza a desaparecer pero sin perder la interacción y la personalización.