Una nueva finanza espacial comienza a consolidarse. Un punteo sobre los que comienzan a gestarse fuera del planeta Tierra.
A medida que la humanidad sigue explorando extiende sus fronteras más allá de la Tierra, surge un nuevo desafío. Y las preguntas son diversas, mientras se continúan realizando investigaciones y hallazgos.
La exploración espacial es una de ellas. Históricamente, fue impulsada por fondos gubernamentales y misiones institucionales y ahora se encuentra ante una transformación crítica.
La incorporación de entidades privadas como son SpaceX, Blue Origin y empresas emergentes de minería espacial está creando un nuevo sistema donde los mecanismos de financiamiento tradicionales ya no son suficientes.
En este escenario, la idea de los préstamos interplanetarios comienza a ganar popularidad como un concepto que podría redefinir la economía espacial en la era de la descentralización.
¿Qué son los préstamos interplanetarios?
Los préstamos interplanetarios son mecanismos de financiación que permiten el flujo de capital entre entidades situadas en distintos cuerpos celestes, o bien desde la Tierra hacia colonias o estaciones en el espacio.
Estos préstamos podrían convertirse en herramientas esenciales para sostener la economía en Marte, la Luna o estaciones espaciales permanentes.
Las plataformas DeFi con tecnologías blockchain, permiten préstamos, inversiones y transacciones sin intermediarios, con transparencia y trazabilidad automática. Aplicadas al escenario interplanetario, estas soluciones podrían facilitar el financiamiento de infraestructura, investigación, producción y comercio en el espacio exterior.
Asimismo, la tecnología blockchain es el eje estructural de esta potencial economía espacial. Las criptomonedas estables podrían funcionar como monedas interplanetarias, mientras que los contratos inteligentes permitirán automatizar acuerdos de préstamo.
En este sentido, el especialista financiero Fernando Boudourian indica que “no hay inversión sin riesgo, pero sí formas de mitigarlo”.
Por ejemplo, una empresa minera en un asteroide podría recibir financiamiento para construir una estación extractiva, con pagos condicionados al envío de informes de avance verificados por satélites o sensores autónomos.
El financiamiento en un escenario interplanetario lleva riesgos completamente nuevos como es la volatilidad del entorno espacial, la imposibilidad de ejecutar garantías tradicionales, y los desafíos legales en un terreno donde aún no existe jurisdicción.
Al no poder ejecutar embargos físicos o garantías tangibles en otro planeta, los préstamos deberán estar respaldados por garantías digitales o por consorcios que asuman el riesgo de forma compartida.
En este escenario, los protocolos descentralizados también deberán incorporar sistemas de seguros interplanetarios, donde los impagos puedan ser cubiertos por fondos de garantía mutualistas, o bien por contratos inteligentes de cobertura.
En este sentido, la existencia de préstamos interplanetarios requiere una infraestructura financiera interplanetaria, basada en nodos de blockchain capaces de operar en distintos puntos del sistema solar.
Ya existen diversos proyectos en desarrollo que realizan la creación de nodos de validación lunar o marciana, que permitirían la operación autónoma de sistemas financieros en lugares remotos.
El uso de inteligencia artificial en la gestión de estos contratos permitirá además mejorar la toma de decisiones en entornos altamente inciertos.
Lo cierto es que los préstamos interplanetarios se convirtieron en un paso de la evolución de la economía global hacia un modelo descentralizado, automatizado y extraplanetario, además los intereses comerciales crecen más allá de la atmósfera terrestre.
Este nuevo paradigma no solo transformará la economía del espacio, sino que también redefinirá el valor, crédito y confianza en las finanzas.