Con la digitalización se propone un modelo con las “shadow banks”. Un punteo sobre cómo impacta su uso en las finanzas.

En los últimos años, el sistema financiero tuvo un potencial crecimiento de las denominadas shadow banks digitales, tratándose de entidades financieras no bancarias que operan fuera del sistema regulado de la banca tradicional.
Estas entidades incluyen fintechs, plataformas de crédito peer-to-peer y fondos de inversión privados. Y por sus características ganaron un importante terreno al ser una herramienta que brinda soluciones financieras innovadoras, flexibles y, en muchos casos, más accesibles que las de la banca convencional.
En este sentido, el especialista financiero Fernando Boudourian, asegura que la digitalización está transformando tanto la banca privada como la relación con los clientes.
La nueva banca, de la mano de las “shadow banks” digitales
No es un concepto nuevo el de shadow banking, por lo contrario, tiene una larga historia en el mundo de las finanzas. Surgió como un término para describir aquellas instituciones financieras que prestaban servicios similares a los de los bancos, pero sin estar sujetas a los mismos niveles de regulación.
Y fue durante la crisis de 2008 que estas entidades fueron señaladas como un factor clave en la propagación del riesgo sistémico, ya que operaban en un marco de menor supervisión y transparencia.
Pero con la constante evolución de la tecnología y el crecimiento de las fintech transformaron la forma en que operan las shadow banks, de la mano de una generación digitalizada. En la actualidad, plataformas de préstamos entre particulares, gestoras de criptoactivos y neobancos están colaborando con el cambio del concepto de intermediación financiera.
En este escenario, son las shadow banks digitales las elegidas para operar debido a los beneficios que ofrecen varias ventajas competitivas frente a la banca tradicional. Entre ellas destacan la agilidad y flexibilidad debido a que pueden procesar préstamos y transacciones rápidamente; un bajo costo operativo, inclusión financiera e innovación en servicios y productos.
Por supuesto que se colocan a las shadow banks digitales como un competidor directo de la banca tradicional. Pero no se tiene en claro si podrá reemplazarla, por lo que el escenario posible es sobre una convivencia entre los dos modelos.
En este sentido, ya algunos bancos tradicionales comenzaron a incorporar tecnologías utilizadas por las shadow banks digitales, desarrollando sus propias plataformas de préstamos digitales y asociándose con fintechs para mejorar su oferta de productos.
Al mismo tiempo, las shadow banks se enfocan en buscar soluciones a los problemas de regulaciones que se presentan y que impacta en la credibilidad, lo que minimiza su alcance.
Lo cierto es que las shadow banks digitales surgieron como herramienta de transformación para el sector financiero, desafiando los modelos convencionales de intermediación y ofreciendo soluciones más accesibles y eficientes.
Sin embargo, su permanencia a futuro dependerá de su capacidad para equilibrar la innovación con la estabilidad financiera y la regulación. Por el momento, la convivencia de ambos modelos es fundamental para una evolución en un escenario financiero cada vez más digitalizado y regulado.