Esta sociedad es un exponente del avance tecnológico con un crecimiento sostenido y que da pasos a gran escala.

En las últimas dos décadas, China se convirtió en el epicentro mundial de la innovación fintech, no solo por estar a la vanguardia en tecnología, sino que también que se convirtió en la economía que define cómo las sociedades interactúan con los servicios financieros, creando un ecosistema de funcionamiento.
Lo cierto es que su avance se convirtió en el líder de una transformación masiva que se convirtió en un ejemplo mundial al superar a los mercados de vanguardia como el de Estados Unidos.
Lecciones de revolución fintech de China
Las innovaciones tecnológicas irrumpieron en todo el mundo, dando un paso en la transformación de diversas formas de ejecutar distintos procesos, desplazando el procedimiento tradicional. Pero lo cierto es que diversas sociedades se posicionaron como más avanzadas respecto a las producciones de innovaciones y la adaptación a las mismas.
China fue una sociedad predominantemente basada en efectivo hasta principios de la década de 2010, pero dio un salto con su masiva producción de dispositivos y la expansión de plataformas, el país logró un boom tecnológico impresionante, que no tardó en exportar. Un ejemplo de ello es el lanzamiento del código QR, que tiene diversos usos para accesos y cambió la dinámica de acceso Web.
En este panorama, el gobierno chino tuvo un rol de gran importancia al fomentar activamente la innovación fintech mediante políticas regulatorias flexibles en sus primeras etapas. Por ejemplo, las “sandbox regulatorias”, permitieron a las startups probar sus modelos antes de su despliegue masivo.
Pero también, uno de los factores más relevantes que influyó en el crecimiento sostenido de esta área es la velocidad con la que el consumidor chino se adaptó al nuevo escenario, demostrando la gran flexibilidad que tienen ante las plataformas fintech, que transformaron la economía diaria.
En este sentido, las claves que posicionaron a China como el sector más avanzado es la creación de un modelo, que incluye a un ecosistema que combinan servicios financieros, comercio electrónico, entretenimiento y redes sociales, sumado a la innovación regulatoria que permite que las empresas innovar rápidamente y la inclusión financiera a gran escala para democratizar el acceso a los servicios financieros en China.
Además, China tiene una fortalecida infraestructura de conectividad móvil, incluyendo redes 5G, que facilita el crecimiento exponencial de las fintech y el acceso a servicios digitales de alta calidad.
Pero también la búsqueda de una autonomía de la moneda fue importante impulsor. El yuan digital lidera la revolución fintech al redefinir el papel de los bancos centrales y cambiar la dinámica global de las finanzas digitales. Se proyecta un uso universal, que trasciende las fronteras.
Además, su enfoque con el uso de la inteligencia artificial y blockchain busca garantizar ser un importante actor en la transformación financiera, combinado con el equilibrio que busca teniendo innovación, inclusión y regulación.
Con estos parámetros, el sistema fintech chino se convirtió en un ejemplo para el mundo y sociedades que persiguen este tipo de avance a gran escala, pero también su crecimiento genera preocupaciones sobre monopolios y concentración de poder en manos de unas pocas empresas.