Su uso impulsó una evolución en sectores en pleno desarrollo, para una esperada transición. Un punteo sobre los primeros cambios generados.

En la última década, los mercados emergentes comenzaron a transitar una transformación radical en la forma en que sus ciudadanos interactúan con los servicios financieros, con la incorporación de superapps financieras, plataformas digitales multifuncionales que integran servicios como pagos, créditos, inversiones y seguros en una sola aplicación.
Este panorama se desarrolla en el sudeste asiático, por ejemplo, donde se redefine el panorama económico con infraestructura financiera limitada, pero con alto uso de smartphones, lo que impulsa este nuevo camino.
Las superapps transformaron el comportamiento de los usuarios, ya que propone una centralización de servicios en una sola plataforma, desde mensajería y pagos digitales hasta comercio electrónico, transporte, y gestión financiera, redefiniendo la interacción digital de los usuarios.
En esta línea, los usuarios ahora prefieren una sola plataforma para satisfacer sus necesidades y además están redefiniendo el comercio ya que se puede comprar bienes o servicios desde la misma aplicación.
La herramienta hacia el cambio
Uno de los grandes cambios que provocó la digitalización es la inclusión y la eliminación de diversas barreras. En este sentido, la utilización de las superapps financieras en los mercados emergentes significa la ampliación de la inclusión financiera.
Se trata de la inserción de personas que no tenían acceso a servicios bancarios tradicionales, con plataformas que son la puerta de entrada al sistema financiero.
Este acceso es transformador para pequeños comerciantes y emprendedores que enfrentan barreras significativas para obtener financiamiento. Con modelos de crédito basados en datos alternativos, las superapps democratizaron el acceso al capital. Esto no solo impulsa el crecimiento empresarial, sino que también contribuye al desarrollo económico.
Además de esta incorporación, mediante esta herramienta se generó una ola de competencia e innovación en el sector financiero. Los bancos tradicionales, enfrentan la presión de modernizar sus operaciones y adaptarse a las expectativas de los consumidores digitales.
Esta competencia generó una mejora en los servicios y una reducción de los costos, beneficiando directamente a los usuarios finales.
Por ejemplo, en América Latina, la superapp Nubank revolucionó el sector al ofrecer tarjetas de crédito sin comisiones y una experiencia de usuario completamente digital. Su éxito obligó a bancos a revisar sus modelos de negocio, como los servicios que ofrecen ya que las necesidades del usuario también cambiaron.
Pero además, el impacto de estas aplicaciones tuvo alcance en lo macroeconómico al facilitar transacciones digitales y generar la formalización de economías informales, un factor común en los mercados emergentes. La digitalización no solo mejora la transparencia, sino que también aumenta la recaudación fiscal.
Asimismo, al involucrar millones de usuarios con servicios financieros y de comercio electrónico, las superapps impulsan un crecimiento económico sostenido.
Respecto a los mercados emergentes, a medida que el acceso a internet y los smartphones sigan aumentando, estas plataformas continuarán aumentando su alcance y diversificando sus servicios. La integración de tecnologías emergentes como blockchain e inteligencia artificial podría aumentar aún más su eficiencia para responder las necesidades de sus usuarios. Pero para que esto sea un escenario sostenible es necesario abordar los retos regulatorios y éticos asociados con su expansión.