La evolución de las wallets digitales en un mundo sin efectivo

El éxito de esta herramienta de pago significa la transición de la forma de pago, contribuyendo a la disminución del uso del efectivo. 

La transición digital en el sector financiero es un hecho. Desde la tecnología fintech hasta el blockchain contribuyeron para el cambio hacia la automatización, dando un paso más en la gestión de bienes. Pero el desarrollo continúa con innovaciones, y allí se colocan las  wallets digitales, conocidas popularmente como billeteras virtuales. 

La evolución de su desarrollo incide en su funcionalidad, al lanzarse como un complemento a los sistemas tradicionales de pago y actualmente se consolidaron como el eje central de una economía sin el uso de efectivo.

Del efectivo a las transacciones digitales

La digitalización de diversos procesos financieros incluye a los pagos digitales, como una oportunidad para  las wallets digitales, que permiten realizar transacciones seguras, rápidas y sin contacto, y como parte de  una transición hacia infraestructuras financieras más inclusivas y accesibles.

Estas aplicaciones permiten almacenar, gestionar y transferir dinero o activos digitales, como criptomonedas. Las transacciones se realizan de manera rápida y segura, desde dispositivos electrónicos como smartphones, tablets o computadoras, y desde cualquier parte del mundo con diversos destinos. 

Las wallets pueden dividirse en dos tipos principales, que son las hot wallets, que están conectadas a Internet, y cold wallets, que se pueden utilizar sin conexión. En ambos casos se destacan por su facilidad de uso, siendo interfaces intuitivas que permiten realizar transacciones en tiempo real.

Grandes empresas dedicadas a la tecnología comenzaron a integrar formas de pagos en sus plataformas y luego comenzaron a integrar funcionalidades que van más allá de los pagos, como la gestión de suscripciones, el acceso a créditos y la inversión en activos financieros.

En este sentido, las wallets digitales no solo lograron democratizar el acceso a los servicios financieros, sino que también son una herramienta que impulsa la competencia en el sector en cuestión de servicios que se brindan.

Las instituciones financieras tradicionales, que durante décadas dominaron los sistemas de pago, deben transaccionar en sus sistemas para no quedar fuera del actual modelo, debido a que el uso de efectivo ya no se utiliza como principal medio de pago. 

La tecnología, la gran aliada

En el principio del lanzamiento, estas billeteras virtuales estaban bajo la lupa, ante la desconfianza del usuario por la seguridad de la administración de sus bienes, en el mundo virtual. En este sentido, el blockchain mejora la seguridad y la inteligencia artificial ofrece una personalización, una combinación más que necesaria. 

Desde el uso de códigos QR hasta  sistemas de autenticación biométrica brindan seguridad a los clientes para contar con mayor seguridad e interacciones más cómodas. Sin embargo, los ciberataques evolucionan al mismo momento que las innovaciones tecnológicas, por ello la inversión en seguridad es de suma importancia. 

No obstante, la inclusión financiera es un aspecto crucial a desarrollar en este escenario, ya que si bien las wallets digitales amplían el acceso a servicios financieros, aún existen zonas del mundo  que no tienen conectividad a internet y  acceso a dispositivos móviles, de allí se destaca la alfabetización digital. Sin embargo, las wallets digitales representan la herramienta para un cambio profundo en cómo entendemos y manejamos el dinero. Empresas, gobiernos y usuarios deben colaborar para maximizar los beneficios de esta transformación y garantizar que nadie quede atrás en el camino hacia un futuro sin efectivo.